Un descomunal buey de mar, de récord con sus 5,3 kilos de peso, de la lonja de Celeiro a Barcelona para disecar

La Voz VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

Buey de mar de 5,3 kilos vendido en Celeiro, el mayor del que hay constancia hasta ahora
Buey de mar de 5,3 kilos vendido en Celeiro, el mayor del que hay constancia hasta ahora

Lo adquirió un vecino de Tarrasa, aficionado al buceo y a la taxidermia, que colecciona marisco gigante

08 may 2024 . Actualizado a las 17:22 h.

«Vivo en Tarrasa (Barcelona) y quería un buey de mar grande para disecarlo e incorporarlo a mi colección de mariscos gigantes». Así comienza el relato de Francisco Arroyo, contando cómo hace unos días se hizo con un buey de mar que si no es el más pesado, sí figura con sus 5,350 kilos entre los mayores ejemplares del mundo de los que hay constancia. Francisco contactó con una empresa que opera en la lonja de Celeiro interesándose por adquirir un buey de mar de grandes dimensiones, de al menos cuatro kilos. «Al poco me llamaron para decirme que iban a llegar dos. Les respondí que los quería, que los compraba. Los pesaron y les salían 8,350 kilos los dos. Pero cuando me llegó el envío comprobé que uno era enorme y el otro más pequeño. Mi sorpresa fue cuando al pesarlo, el mayor dio 5,350 kilos. Comencé a mirar por Internet y no aparecen referencias de alguno que supere los 4,5 kilos, sí uno de 4,5 kilos que acabó en un restaurante gallego. También contacté con un amigo italiano, que está al tanto, y me dijo que el mayor del que tenía constancia era de un buey de 4,4, en una pescadería», explica Francisco Arroyo.

Buey de mar de 5,3 kilos vendido en Celeiro, el mayor del que hay constancia hasta ahora
Buey de mar de 5,3 kilos vendido en Celeiro, el mayor del que hay constancia hasta ahora

«He tenido mucha suerte, desde luego». Mi idea era conservarlo vivo en un acuario que tengo, pero al final no superó el viaje desde Galicia. Lo he disecado, ahora estoy con el secado y montaje y vas a ser uno más, especial, eso sí, de mi colección», añade, de la que forma parte también un bogavante de seis kilos y, por ejemplo, un descomunal cangrejo de Tasmania.

 Aunque es su afición, como practicante del buceo y la taxidermia, lo que hace Francisco Arroyo es subastar algunos de los ejemplares en portales especializados de la red: «Cuando consigo uno mayor, me desprendo del más pequeño, para no tener varios de una misma especie. Pero básicamente, cuando encuentro un ejemplar gigante, lo diseco y me lo quedo. Es lo que haré con este buey de mar. En principio, mi intención es quedarme con él, pero estaría dispuesto a escuchar ofertas. Ya me llegó una de Italia, pero la rechacé».