Los hijos de la acusada de matar a su marido en Monfero creen que sus padres querían suicidarse

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

La acusada, este miércoles en un momento del juicio que se celebra en A Coruña.
La acusada, este miércoles en un momento del juicio que se celebra en A Coruña. ANGEL MANSO

La psiquiatra que la atendió declara que la mujer era «una cuidadora desbordada»

18 abr 2024 . Actualizado a las 13:02 h.

Un jurado popular tiene que tomar la decisión esta semana de declarar culpable o no a una mujer de 65 años acusada de matar a su marido enfermo, en el municipio de Monfero. Ella niega haberlo asesinado. Asegura que lo que ocurrió aquel 19 de julio del 2021 en su casa fue un pacto entre ambos que, cansados de vivir, decidieron suicidarse con pastillas. La mujer sobrevivió, pero el hombre, de 75 años y con principios de demencia, falleció tras tomar los medicamentos que su esposa le suministró.

Puede que los hechos no sean como la acusada dice y que la Fiscalía tenga razón en sus argumentos. La acusación pública, que pide para ella 26 años de prisión como autora de un delito de asesinato, sostiene que el hombre comenzó en el 2018 a sufrir un incipiente deterioro cognitivo diagnosticado como «demencia o alzhéimer». Su situación se agudizó llegando el hombre a mantener «actitudes agresivas y negativas» hacia la mujer y «obstaculizando» los cuidados de ella, lo que generaba en esta «una situación de desesperación o angustia». Ante eso, la acusada, «abrumada por la evolución que la enfermedad ocasionaba» en su marido, «y con el propósito de causarle la muerte», le suministró distintos medicamentos que provocaron su muerte. Después dejó una nota manuscrita pidiendo perdón a sus dos hijos: «Queridos hijos, perdonarme, pero no soportaba ver el deterioro de vuestro padre. Mamá»

Durante la segunda sesión del juicio que se está celebrando en la sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña, los hijos de la mujer acusada, que defienden a la madre y están convencidos de que los hechos ocurrieron tal y como ella cuenta, aseguraron que su padre hacía vida normal y era consciente de sus decisiones, si bien añadieron que padecía un ligero problema en el habla. Por tanto, para ellos encaja la teoría del suicidio consciente y pactado, que en el caso de la madre no se consumó porque recibió atención médica a tiempo.

Él hacía vida normal

Los hijos de la pareja han coincidido en asegurar que su padre no padecía alzhéimer. Afirmaron que hacía vida normal, con tareas de la casa como la colada o cortar el césped, e incluso iba en bicicleta a comprar tabaco, así como que comprendía lo que se hablaba con él y las consecuencias. «Personalmente me dijo a mí que para estar así era mejor no estar vivo», aseguró uno de ellos. El otro negó que su padre fuese una persona dependiente.

Frente a esto, la médica que atendió a la acusada aquella noche dijo que ella le dijo que le había dado pastillas a su marido. La enfermera que luego tramitó su ingreso en el hospital también apuntó que fue la procesada quien indicó «que había matado a su marido» al darle pastillas, lo que reflejó en el parte. La psiquiatra que la atendió posteriormente la notó «muy desbordada, muy llorosa y muy angustiada», porque «llevaba unos años viendo un proceso de deterioro de su marido que era cognitivo» y que incluso «no había querido contárselo a su familia» para llevar sola aquella carga. En definitiva, la procesada era una «cuidadora desbordada» y que «tomó la decisión de que lo mejor para todos era que se murieran los dos», ella y su marido.

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«Tenía mucho miedo a que él se desorientara, de que se perdiese en el monte», añadió la psiquiatra. También dijo que los cuidados eran complicados, pues él se negaba a recibirlos e incluso «la agredía». La acusada le confesó en una ocasión que habían tomado «la decisión de morirse ambos», y «aludía a que conocía a su marido y sabía lo que él querría, por lo que el suicidio era la mejor solución». Según esta psiquiatra, la mujer dijo que le había dado las pastillas y luego se las había tomado ella misma. Por último, la especialista notó siempre en ella «un importante duelo por la pérdida» y cree que lo ocurrido «fue impulsivo».

La doctora que acudió al domicilio del matrimonio el día de los hechos recordó que al llegar al lugar «la señora estaba inconsciente» y había «una nota para los hijos que ponía que no aguantaba el deterioro del marido y que no podía más». Cuando encontraron al hombre en otra habitación de la casa, «estaba fallecido desde hacía tiempo».