Gaza y las protestas en las universidades norteamericanas

Yashmina Shawki
Yashmina Shawki CUARTO CRECIENTE

OPINIÓN

David Swanson | REUTERS

07 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Las comparaciones son inevitables. Si algo caracterizó las décadas de los sesenta y los setenta del siglo pasado en los Estados Unidos fueron los movimientos sociales y las numerosas manifestaciones y protestas que originaron. Desde las demandas para la erradicación de todas las leyes que avalaban la segregación racial hasta el rechazo a la intervención norteamericana en la guerra de Vietnam, la sociedad plasmó en las calles su disconformidad con los políticos y las inercias del pasado. Los mítines, las marchas y otros medios de expresión lograron lo que parecía imposible. No fue un proceso fácil ni rápido, pero consolidó la idea de que el ciudadano podía cambiar el statu quo si persistía en sus reclamaciones pacíficas.

En nuestra mente resuenan nombres de activistas en pro de la igualdad y los derechos civiles tan relevantes como Rosa Parks, Martin Luther King, Whitney Young Ella Baker o incluso el controvertido Malcolm X o artistas que protestaron contra la guerra en Vietnam como Joan Baez, Jane Fonda o Malaquías Montoya, pero cientos de miles de personas anónimas también se manifestaron en contra de lo que creían y eran grandes injusticias.

Hoy, cuando las fuerzas de seguridad norteamericanas han desalojado a los estudiantes de numerosas universidades como Columbia, Arizona, Nueva York, Texas o UCLA (Universidad de California Los Ángeles) y han sido arrestados miles de universitarios, son muchos los que se preguntan por qué solamente los jóvenes han sido capaces de movilizar tanta atención. La respuesta no se encuentra solo en las redes sociales, sino en el hecho de que los estudiantes suelen tener una conciencia y un idealismo que los adultos hemos ido perdiendo a medida que la vida nos ha arrebatado la ilusión a golpes, y disponen de un tiempo y una movilidad de los que el resto, por nuestros trabajos u obligaciones, carecemos.

Pero, además de constituir un recordatorio de que no debemos olvidar nuestra conciencia social, detrás de todas estas protestas contra el apoyo del Ejecutivo de Biden a la intervención israelí en Gaza se encuentra, no solo el reflejo del descontento del 37 por ciento de la población a la masacre de palestinos, sino el numeroso grupo de estudiantes musulmanes que siente que al mundo no le importa y que el poderoso lobi judío en el país norteamericano amordaza su disensión. Sin embargo, no podemos obviar también la manipulación subyacente: si buscan justicia, ¿por qué no reclaman la responsabilidad que le corresponde también a Hamás?