A Ponte despide al dueño de Saborido, la tapería que abrió hace casi cuatro décadas como una charcutería

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José Manuel Saburido, en el centro, con parte de los empleados de la vinoteca en A Ponte
José Manuel Saburido, en el centro, con parte de los empleados de la vinoteca en A Ponte Santi M. Amil

José Manuel Saburido presumía de clientela como Manu Chao y de apostar por las mejores referencias gallegas en su oferta de embutidos y vinos

02 may 2024 . Actualizado a las 14:23 h.

La hostelería en el barrio de A Ponte está de luto. El sector pierde a todo un referente, ya que José Manuel Saburido (Ourense, 1962-2014) estuvo durante casi 38 años al frente de un negocio emblemático en la avenida de As Caldas. Comenzó en 1986 como una charcutería para luego convertirse en una tapería de referencia en el barrio por sus conocidas tablas de embutidos y su amplia selección de vinos. Y es que por la Tapería Saborido -se llama así porque cuando la abrió todavía no había descubierto que su apellido era Saburido- han pasado cientos y cientos de comensales, algunos de ellos tan conocidos como el músico Manu Chao. La calidad de su producto le valió, por ejemplo, que en el año 2022 el Consello Regulador de la Denominación de Origen Ribeiro, la denominara como la mejor tienda especializada al contar con innumerables referencias en su apartado de vinos.«Es un orgullo, hay muy pocas vinotecas con este reconocimiento y nos hace muchísima ilusión», admitía entonces en un reportaje publicado en La Voz de Galicia.

Saborido era un punto de encuentro para muchas pandillas y también para quienes buscaban el mejor embutido en su charcutería. Su máquina de envasado al vacío se convirtió en una referencia en Ourense, llegando a envasar una media de 45.000 bolsas anuales. No fue hasta dos décadas después de abrir cuando se decidió a dar el salto a tapería, toda vez que las grandes superficies iban arrinconando al pequeño comercio. Su zona de degustación no hizo más que aumentar el buen cartel del negocio, debido al saber hacer de Saburido y de su equipo. 

Al igual que todo el sector, José Manuel Saburido vivió una época especialmente difícil durante la pandemia. «Os ingresos non cubrían gastos», reconocía en La Voz en el año 2020 cuando la norma de que no podían estar juntos no convivientes le obligó a bajar temporalmente la persiana. Solo fue un paréntesis para volver con más fuerza con un establecimiento que cada vez contaba con más materia prima al sumar vinos y productos envasados del mar a su oferta. 

Casado y con una hija, este jueves por la tarde su familia, amigos y clientela le dan su último adiós en la iglesia de San Miguel de Canedo.