En la comarca de Santiago hay más de 12.000 personas sin estudios

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

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PACO RODRÍGUEZ

Otras 17.000 carecen de la primaria o fueron cinco años o más sin completar niveles

29 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En los siete municipios de la comarca de Santiago hay 12.132 personas que, según el último informe publicado por el Instituto Galego de Estadística sobre el censo de población y vivienda, carecen de todo tipo de estudios. Se trata de personas mayores de 16 años, que no saben ni leer ni escribir. Estos casi 13.000 vecinos del área compostelana se reparten entre: 1.411, Ames; 799, Boqueixón; 577, Brión; 6.709, Santiago; 1.018, Teo; 1.145, Val do Dubra; y 472, Vedra.

Otros 16.659 censados en los siete concellos de la comarca de Santiago cuenta con estudios primarios, son personas que fueron a la escuela cinco años o más sin completar los estudios básicos de la antigua EGB, ESO o el viejo bachillerato elemental. El reparto por municipios queda así: 2.271, Ames; 684, Boqueixón; 1.033, Brión; 9.111, Santiago; 1.880, Teo; 694, Val do Dubra; y 985, Vedra.

El nivel de estudios alcanzado por el mayor número de personas residentes en alguno de los siete concellos es el de estudios secundarios. Son 70.896 personas las que terminaron la ESO, EGB, bachillerato elemental, bachillerato superior, BUP, las diversas variantes de bachilleratos LOGSE, COU, PREU; y todos aquellos que cuenta con FP de grado medio o superior; igualmente se incluyen en este apartado los que están en posesión del título de FP profesional antes del 2001. En el apartado de estudios superiores (licenciaturas o grados universitarios) hay 40.696 vecinos del área, de ellos 27.017 son de Santiago.

PACO RODRÍGUEZ

Mijail Álvarez: «Homologar mis estudios es costoso, y ahora la prioridad es el futuro de mis hijas»

 

m.m.

Mijail Francisco Álvarez Rugarcia, nieto de asturiano, llegó de Cuba en octubre del 2022, y en diciembre regreso a la isla para volver con «mi mujer, mis dos hijas y hasta nos trajimos al perro». Actualmente trabaja de ayudante de cocina, y dedica las mañanas a un curso de competencias claves, que se imparte en la academia Infórmate de Santiago. Mijail es licenciado en Pedagogía con la especialidad en Matemáticas y Computación; además completó varios cursos de Informática, pero oficialmente no tiene estudios. Es así, porque «la homologación de mis estudios superiores es costosa, y además después tendría que hacer varias materias para completar el proceso y obtener el título oficial». Asegura que «siempre me dicen que hacen falta matemáticos, pero ahora mismo no tengo el dinero que hace falta. La prioridad es el futuro de mis hijas». La formación de competencias claves «es la manera más rápida para avanzar. Si consiguiera después un curso de docente o de otra cosa, quizás pueda trabajar en algo que tenga que ver con mi formación». El hecho de que aparezca en el censo «sin estudios» no le genera malestar, porque «yo sé lo que soy y lo qué sé. Los emigrantes tenemos que reinventarnos. Es solo un título». La situación de su mujer es idéntica. Ella es ingeniera industrial, pero «trabaja de camarera. Pensamos que primero intentábamos arreglar lo de uno y luego lo del otro, pero siempre con la idea clara de que la prioridad son nuestras hijas. Nos fuimos de Cuba para que tuvieran una vida mejor».

 Mijail saca las fuerzas para seguir adelante por sus hijas, «no fue fácil la adaptación. La mayor, 17 años, en cuatro meses sacó cuarto de la ESO y ahora está en bachillerato; y la pequeña, 14 años, también nos da fuerza».

Muchos emigrantes constan sin títulos por la dificultad para convalidar su formación

  

El dato de las casi 29.000 personas del área de Santiago entre las que no saben leer y escribir y las que no poseen más que estudios primarios no deja de ser sorprendente. Sin embargo, la realidad es que detrás de la frialdad del dato se esconde otra realidad. Entre ellas hay muchas personas con una formación superior que no pueden demostrar, y es que les falta el título que avala sus conocimientos académicos. Todos ellos forman parte del colectivo de los emigrantes que, pese a poseer estudios universitarios en sus países de origen, no homologaron sus títulos, y por tanto, es igual a no tenerlo.

En el grupo hay desde matemáticos a ingenieros, médicos o docentes, pero la homologación les supone un trámite complicado y costoso. Un proceso que siempre tienen que completar cursando más créditos en la Universidad española. Algo inalcanzable económicamente.