Piden 21 meses de cárcel por delito vial para un vigilante de la cofradía de Baiona

E. V. PITa VIGO / LA VOZ

VIGO

El fiscal le acusa de conducir de forma temeraria un furgón de los pescadores y poner en peligro a 2 peatones en Nigrán

06 abr 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

El fiscal pide 21 meses de cárcel por un supuesto delito de conducción temeraria para Xosé Lourenzo, quien ejercía como jefe de los vigilantes contratados por la cofradía de pescadores de Baiona para luchar contra el furtivismo. El Ministerio Público también reclama que pierda su carné de conducir durante cinco años.

El juicio se celebró ayer en el juzgado de lo Penal número 2 de Vigo. El acusado niega que condujese él el vehículo y alega que la principal prueba contra él, que el conductor tenía una larga barba como la de él, es falsa. El dueño de una tienda mostró ayer una foto de Lourenzo en familia y con barba corta que, según la factura, sacó tres días antes del incidente.

Dos agentes de la Policía Local de Nigrán relataron que el conductor de una furgoneta con el logotipo de la cofradía circulaba a gran velocidad por A Ramallosa y hacía adelantamientos por la raya continua y cerca de un cruce. El coche patrulla tuvo que esquivarlo para no chocar de frente y luego, el furgón casi atropella a dos peatones en un paso de cebra en la avenida de Praia América. Se incorporó un segundo coche patrulla a la persecución pero el temerario logró darse a la fuga. Los agentes describieron al conductor por su barba larga y preguntaron al patrón mayor de la cofradía, Fernando Leyenda, a quién le tocaba el turno de tarde. Resultó ser el jefe de vigilancia, Xosé Lourenzo, pero tenía apagado el móvil.

El acusado negó ayer que él sea el conductor y alegó que, a la misma hora en la que ocurría la persecución, habló durante un minuto desde su teléfono móvil con la Policía Local de Nigrán para denunciar que había visto a unos furtivos en la playa de A Marola pero los agentes le remitieron a la Guardia Civil porque, en ese momento, estaban ocupados persiguiendo a un conductor [a él]. El compañero de turno de Lourenzo, Francisco, dijo que, ese día, él usó su coche particular «para que no me detectasen los furtivos» que volvían a tierra desde Estelas.

Una agente lo reconoce

Un policía local no reconoció a Lourenzo en el juicio pero sí su compañera porque «aunque ahora no lleva barba, su constitución es la misma». El abogado replica que la agente «solo se fijó dos segundos en el conductor en una maniobra peligrosa».

En el juicio también declararon el patrón mayor en marzo del 2010, quien admite que «ese día le tocaba a él pero no lo llamé porque no me fiaba de él», y la presidenta de los percebeiros, Susana González, quienes dicen que el libro de turnos lo llevaban los propios vigilantes. El fiscal sospecha que, días después del incidente, Lourenzo cambió su aspecto físico para confundir a los policías y eludir el castigo.